Protocolo clínico de empleo de la vacuna antitetánica *

jueves, 25 de septiembre de 2014 | comentarios

Introducción
Como en otros países industrializados, la incidencia de casos de tétanos  es baja, con tasas que descendieron entre 1984 y 1994 desde 0,23 a 0,09 casos/100.000 habitantes1, fundamentalmente debido a un mejor cumplimiento de los calendarios de vacunación en niños y a las medidas de profilaxis en pacientes con heridas de riesgo establecidas en la mayoría de servicios sanitarios de urgencias. De hecho, el tétanos neonatal se considera actualmente erradicado y los casos aislados que todavía se producen son en adultos mayores de 60 años, frecuentemente diabéticos, o en pacientes usuarios de drogas por vía parenteral que no han sido adecuadamente vacunados y que han presentado heridas de riesgo que en la mayoría de los casos no han recibido atención sanitaria2.
Toxoide tetánico
El toxoide tetánico se prepara desnaturalizando la toxina tetánica con formalina. Hay dos tipos de toxoide disponible, el fluido y el adsorbido, prefiriéndose este último, ya que se relaciona posteriormente con niveles séricos más altos de antitoxina y más duraderos. Se encuentra disponible en forma de administración intramuscular y como antígeno único o combinado: a) con antígeno diftérico en la forma pediátrica (DT) o en la forma de adultos (dT) y b) con antígeno diftérico y vacuna de pertussis acelular (forma pediátrica DTPa o la recientemente incluida forma adulta dTpa). La diferencia entre las formas de adulto dT y dTpa es que presentan dosis de antígeno diftérico y de pertussis mucho menores que las pediátricas DT y DTPa. Se recomienda administrar el toxoide tetánico junto al toxoide diftérico, ya que son necesarias dosis de recuerdo para ambas vacunaciones.
El efecto protector de la vacuna es prácticamente universal tras tres dosis de toxoide, aunque dichos niveles de inmunización descienden claramente a partir de los 10 años3. Sin embargo, dicho efecto es subóptimo en adultos con infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) u otras inmunodeficiencias humorales, y se puede perder en situaciones de leucemia o linfoma que requieren quimioterapia o en pacientes que son sometidos a trasplante de células hematopoyéticas. Aun así, se describen de forma ocasional casos de tétanos en pacientes sin dichas enfermedades de base y correcta inmunización, incluso comprobada con demostración de niveles adecuados de anticuerpos antitoxina4.
Los efectos secundarios a la administración de toxoide tetánico son raros, especialmente en niños, aumentando la incidencia con la edad. Se han descrito reacciones locales, linfadenopatías regionales y fiebre en casos aislados, en general relacionados con reacción local muy marcada. Asimismo, también se han descrito casos puntuales de anafilaxia, neuropatía del plexo braquial e incluso trismus, siempre con un curso benigno. Es por ello que no se recomienda administrar toxoide de forma rutinaria si se ha recibido una dosis de recuerdo en los 5 años anteriores (aumenta el riesgo de reacción local grave) y está contraindicada en caso de que se hayan producido reacciones de hipersensibilidad graves o alteraciones neurológicas en dosis previas. En pacientes que han sufrido reacciones locales importantes o fiebre alta con administraciones de toxoide previo se aconseja espaciar la siguiente dosis de recuerdo un mínimo de 10 años. No hay claros datos de teratogenicidad de este producto, pero se recomienda su administración en el segundo o tercer trimestre de embarazo.
Algoritmo de inmunización frente al tétanos 5-8
Programa de inmunización primaria (fig. 1)  
Vacunación primaria frente al tétanos.
*Separación de 4-8 semanas entre 1.a y 2.a dosis y 3.a dosis a los 6-12 meses.

 


En general se recomienda recibir la inmunización primaria en la infancia, como parte del calendario de vacunación, y continuar la inmunización de por vida mediante dosis de recuerdo cada 10 años. Si la inmunización primaria se realiza antes de los 7 años de edad, se recomiendan combinaciones pediátricas (DTPa) idealmente a los 2, 4 y 6 meses de edad, con una cuarta dosis a los 18 meses. En el caso de que la inmunización se inicie después de los 12 meses, se recomiendan sólo tres dosis (la primera y la segunda con separación de 4 a 8 semanas y la última 6-12 meses después). Si se completa esta primera fase antes de los 3 años, se recomienda una cuarta o quinta dosis de DTPa de recuerdo entre los 3 y 6 años coincidiendo con el inicio de la educación infantil y posteriormente al inicio de la adolescencia, entre los 13 y 16 años (cuando hayan pasado un mínimo de 5 años desde la última dosis) ya con combinaciones de adultos, idealmente dTpa como indican recomendaciones recientes8. Posteriormente se recomiendan dosis de recuerdo cada 10 años, bien con Td o con dTpa. Si la inmunización primaria se realiza a partir de los 7 años se recomiendan tres dosis con las combinaciones de adultos (Td o dTpa) con intervalos de 4 a 8 semanas entre la primera y segunda dosis y de 6 a 12 meses la tercera, siguiendo posteriormente los mismos criterios anteriormente expuestos para las dosis de recuerdo. Cabe destacar que en los pacientes que han sufrido tétanos es necesaria la inmunización completa posterior, ya que la enfermedad no confiere inmunidad al paciente a los 18 meses. En el caso de que la inmunización se inicie después de los 12 meses, se recomiendan sólo tres dosis (la primera y la segunda con separación de 4 a 8 semanas y la última 6-12 meses después). Si se completa esta primera fase antes de los 3 años, se recomienda una cuarta o quinta dosis de DTPa de recuerdo entre los 3 y 6 años coincidiendo con el inicio de la educación infantil y posteriormente al inicio de la adolescencia, entre los 13 y 16 años (cuando hayan pasado un mínimo de 5 años desde la última dosis) ya con combinaciones de adultos, idealmente dTpa como indican recomendaciones recientes8. Posteriormente se recomiendan dosis de recuerdo cada 10 años, bien con Td o con dTpa.
Si la inmunización primaria se realiza a partir de los 7 años se recomiendan tres dosis con las combinaciones de adultos (Td o dTpa) con intervalos de 4 a 8 semanas entre la primera y segunda dosis y de 6 a 12 meses la tercera, siguiendo posteriormente los mismos criterios anteriormente expuestos para las dosis de recuerdo. Cabe destacar que en los pacientes que han sufrido tétanos es necesaria la inmunización completa posterior, ya que la enfermedad no confiere inmunidad al paciente.

Prevención del tétanos en el contexto de heridas (fig. 2)
Profilaxis frente al tétanos en el contexto de manejo de heridas.
*Td o dTpa en mayores de 7 años y DTPa en menores de 7 años. **Excepto en pacientes con inmunodeficiencia humoral en los que se recomienda inmunoglobulina antitetánica (IGT).

 


Ante un paciente que ha presentado una herida, un primer paso a la hora de decidir una actitud profiláctica frente al tétanos bien con inmunización activa (Td) y/o con inmunización pasiva mediante inmunoglobulina antitetánica (IGT) consiste en asegurarse del número de dosis de toxoide que ha recibido previamente y del intervalo desde la última administración.
Ante la duda debe considerarse que el paciente no ha recibido una vacunación correcta. Así, en los pacientes con vacunación completa y con dosis de recuerdo dentro de los 10 años anteriores no es necesaria la administración de toxoide excepto en heridas graves y/o sucias, en las que se recomienda tan sólo una dosis de recuerdo con Td en mayores de 7 años (dTpa en adolescentes entre 13 y 16 años) o DTPa en niños menores de 7 años, siempre que la dosis previa se haya administrado con un intervalo mínimo de 5 años. Ante una situación de vacunación incompleta, incierta o en pacientes sin dosis de recuerdo en los últimos 10 años se recomienda iniciar un ciclo completo de vacunación con los criterios descritos en la figura 1. Por otro lado, en los pacientes con heridas moderadas o graves y/o sucias que han recibido menos de tres dosis o en los que existen dudas acerca de una vacunación correcta se recomienda, aparte de la Td, la administración de IGT (250 U por vía intramuscular) en un lugar distinto al de la administración de Td. En pacientes con inmunodeficiencias humorales se recomienda directamente IGT, independientemente de su historia de inmunización primaria en heridas de riesgo, sin que la administración de Td se considere eficaz en estos pacientes.

Bibliografía

1. Batalla J, Urbiztondo L. La vacunación antitetánica. Alergol Inmunol Clin. 1999; 14(2):45-7.
2. Pascual FB, McGinley EL, Zanardi LR, Cortese MM, Murphy TV. Tetanus surveillance-United States, 1998-2000. MMWR Surveill Summ. 2003; 52(3):1-8.
3. Gergen PJ, McQuillan GM, Kiely M, Ezzati-Rice TM, Sutter RW, Virella
G. A population-based serologic survey of immunity to tetanus in the United States. N Engl J Med. 1995; 332(12):761-6.
4. Shimoni Z, Dobrousin A, Cohen J, Pitlik S. Tetanus in an immunised patient. BMJ. 1999;319(7216):1049.
5. Centers for Disease Control and Prevention resource page. Tetanus. En: Health Topics. 6th ed. Disponible en: www.cdc.gov/nip/publications/ pink/tetanus.pdf; 2000. p. 57-66.
6. Atkinson WL, Pickering LK, Schwartz B, Weniger BG, Iskander JK, Watson JC. General recommendations on immunization. Recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices
(ACIP) and the American Academy of Family Physicians (AAFP). MMWR Recomm Rep. 2002;51(RR-2):1-35.
7. Diphtheria, tetanus, and pertussis: recommendations for vaccine use and other preventive measures. Recommendations of the Immunization Practices Advisory committee (ACIP). MMWR Recomm Rep. 1991;40(RR-10):
1-28.
8.  Programa de vacunación de la Sociedad Española de Pediatría: recomendaciones 2005. An Pediatric (Barc). 2005; 62(2):158-60.

*R. San Juan Garrido y C. Díaz Pedroche
Unidad de Enfermedades Infecciosas. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid.

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