CONCEPTO
Al lado de la
medicina académica, aquella que se enseña en las universidades y se ejerce en
los consultorios u hospitales
especializados, existen prácticas extra-académicas de las que se ha hablado como medicina paralela. Se relacionan generalmente con lo que la
Organización Mundial de la Salud definió
en 1974 como Medicina Tradicional: "La suma de todos los conocimientos,
prevención y supresión de trastornos
físicos, mentales o sociales, basados exclusivamente en la experiencia y la observación, transmitidos verbalmente
o por escrito de una generación a otra". Esta definición comprende muchas formas de medicinas
tradicionales, de las que hemos distinguido:
La Medicina Popular, que sería
el conjunto de creencias y prácticas acerca de las enfermedades, su prevención y tratamiento, mantenidos
por tradición popular en todos los ambientes, completamente aparte de lo propugnado por la medicina académica y que es practicada
por el pueblo, sin mayor preparación
teórica. Se trataría de la "receta de la abuelita" o la prescripción
de la "tía vieja", maniobras a
las que se echa mano en cualquier circunstancia familiar.
Llamamos Etno-medicina al
conjunto de ideas, creencias y prácticas acerca del origen y el tratamiento de
las enfermedades en los pueblos que llamamos primitivos (como los de nuestra
selva). Es una medicina que se desenvuelve en su propia cultura, con la
aceptación plena de su sociedad y que se halla representada por el shaman o
medicine-man.
Medicina Tradicional Integrada
es aquella que es practicada por pueblos que han poseído una cultura, que en
muchos casos puede considerarse superior, y que han sufrido la influencia de
las corrientes occidentales, pero que han sabido conservar sus usos y costumbres
e intentado incorporarlos a la nueva realidad de su historia. Citaremos, como
ejemplos, la medicina hindú y la medicina china.
Todos los aspectos
considerados pueden llamarse medicinas, según la definición de la OMS, pero debemos
distinguir especialmente lo que hemos llamado Medicina Folclórica (de folk,
pueblo y lore, saber, sabiduría), que tiene especial importancia en los países
sub-desarrollados y ello es patente en el nuestro.
PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA
Podemos definir la
Psiquiatría Folclórica como el cuerpo de ideas, creencias y prácticas que se
refieren a los cuadros psiquiátricos o afines y a su tratamiento, mantenidos
por tradición popular, aparte y en contra de lo aceptado por la cultura
dominante en el medio que se presentan. Dos conceptos caracterizan esta
definición:
- Se trata de
creencias y prácticas que se refieren a los cuadros psiquiátricos basadas en la
tradición popular, y
- Se desarrollan en
un medio cultural opuesto a ellas.
La Psiquiatría Folclórica
no es sino un aspecto de la Medicina Folclórica. Sus fundamentos se hallan en las
culturas aborígenes suprimidas por la conquista, pero que han dejado
importantes huellas. Si pensamos que, en nuestro país, más del 90% de los
psiquiatras ejerce en la capital y, el resto, en pocas ciudades importantes del
interior, podemos comprender que la inmensa mayoría de los peruanos no tiene
acceso a la medicina o a la psiquiatría académicas y se hace atender por los
practicantes de la Medicina Folclórica, a los que se conoce como curanderos.
LOS CURANDEROS
Los auténticos
curanderos, no los charlatanes con los que a veces se los confunde, practican
en diferentes formas la medicina usada por nuestros antepasados incaicos y
pre-incaicos. La mayoría tiene como base conceptos animistas, es decir, la
creencia que todo lo existente está dotado de un espíritu, capaz de actuar,
para bien o para mal, sobre los hombres. Así existen, para ellos los espíritus
de las montañas, de las lagunas, de los ríos, así como los de las "huacas"
y aun los de las plantas. Su teoría diagnóstica se basa en el descubrimiento
del "daño" que algún espíritu ha hecho al paciente y que le causa la
enfermedad. El tratamiento consiste en reparar ese daño, convocando a los
espíritus propiciatorios por medio de diferentes maniobras místico-mágicas.
Los curanderos
usan, durante esas maniobras, preparados de plantas nativas que beben y hacen
beber a sus clientes. Tales bebidas contienen alcaloides psicotrópicos como la
mescalina del San Pedro (Trichoceros Pachanoi) o la harmina de la ayahuasca
(Banisteria Caapi). Los efectos alucinógenos, unidos a una fuerte acción
sugestiva, pueden influir favorablemente en algunos cuadros clínicos con fuerte
influencia psicosomática. Al lado de los curanderos descritos existen los
llamados yerberos, individuos conocedores de las plantas autóctonas y que las
emplean por sus efectos farmacológicos, y los hueseros, prácticos en
reparaciones de fracturas y otros problemas del aparato locomotor.
NOSOGRAFÍA Y PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA
Los curanderos no
actúan sin poseer una nosografía que, a su manera, explica y justifica su
práctica. Esa base, si bien tiene elementos comunes a todas partes, lo que nos
conduce a recordar las raíces profundas de las creencias
"primitivas", presenta distintas formas de acuerdo con la cultura de
la que proviene y en la que se asienta. El estudio de tales nosografías es, pues,
interesante desde dos puntos de vista: su interrelación ecuménica y sus
características regionales y, entre ellas, la influencia que sufre de toda
clase de factores geográficos, históricos, culturales y sociológicos.
En este capítulo no
pretendemos revisar todo lo que se sabe acerca de las diferentes teorías nosográficas
de la psiquiatría folclórica, pero, como una ilustración que permitirá
comprender su importancia, diremos algunas palabras sobre lo que hemos podido observar
en algunas regiones del Perú, durante las investigaciones emprendidas por el
Instituto de Psiquiatría Social.
Los curanderos
estudiados dividen, ante todo, las enfermedades en dos grupos: enfermedades de Dios
y enfermedades de daño. Las primeras son males "naturales",
producidas por los factores no mágicos, comprensibles por la influencia de las
fuerzas de la naturaleza. Las enfermedades de daño, por el contrario, tienen
siempre origen sobrenatural y, como veremos más adelante, son atribuidas a distintos
elementos, de acuerdo con variables sociológicas. Las enfermedades de Dios son,
para nuestros curanderos, del dominio de los doctores del Hospital, a quienes
envían los pacientes que según ellos la padecen.
Las enfermedades de
daño, como contraste, solamente pueden ser tratadas por el curandero, quien conoce
su origen y los medios para combatirlas.
El "daño"
es un concepto muy extendido en la cultura popular en todo el mundo y
utilizado, con distinto nombre y en diferentes formas, por los curanderos de
todas las latitudes. En los casos que nosotros hemos estudiado, el daño
presentaba diversas formas y era atribuido a influencias variadas.
El "daño"
es una forma mágica de acción sobre la salud y su tratamiento es también
fundamentalmente mágico. Si el daño es producido por los hombres, debido a la
"envidia" y otros factores, actúa a través de un "malero", un brujo maligno y debe ser curado librando al
paciente de los efectos producidos por su influencia. Así, el daño puede ser
hecho "por la boca", cuando se ha hecho ingerir al sujeto alguna substancia
que le produce los nefastos resultados pretendidos, o "por el aire",
cuando se supone que ha sido causado por inhalación. Consideramos como una
forma especial de "daño" el "robo del alma". Volveremos
sobre ello.
En algunas zonas,
bajo influencias nuevas, la noción del daño se extiende a otras influencias
mágicas. Así, podría ser también hecho actuando sobre muñecos o sobre prendas
de vestir de la víctima. En un caso recién observado, el malero había clavado
la cabeza del muñeco (se trata de la explicación dada por el curandero) y lo
había enterrado en la falda de una montaña. Los clavos actuaban sobre el paciente,
produciéndole incurables dolores de cabeza. El curandero actuaba
"sacándole los clavos" durante la sesión por medio de tenazas,
taladros etc. con los que imitaba las maniobras de extracción. A este paciente,
la "extracción" de cada clavo le producía dolores terribles, que
calmaban inmediatamente después que "el clavo había sido eliminado".
Vemos claramente, en éste como en otros casos, la presencia de conceptos
mágicos universales.
ETIOLOGÍA Y PATOGENIA EN LA PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA
Las ideas acerca de
la etiología y patogénesis de las enfermedades reflejan una serie de aspectos
del funcionamiento de la cultura en la que se desarrollan. Tienen que ver, generalmente,
en las sociedades occidentalizadas, con los postulados de la ciencia positiva.
Por lo menos en apariencia, ya que sabemos muy bien que detrás de las teorías
científicas se esconden, la mayor parte de las veces, rescoldos de creencias
mítico-mágicas, de convicciones religiosas y de prejuicios políticos.
El caso de la
psiquiatría folclórica es distinto. Hemos destacado que su característica
principal es de no coincidir con lo aceptado por la "cultura oficial"
de la comunidad en la que se desarrolla, sino, más bien, reflejar creencias
pertenecientes a grupos culturales cuya significación política y cuya influencia
en el manejo del poder han ido desapareciendo, perdiendo vigencia.
Las doctrinas
etiológicas y patogénicas de la psiquiatría folclórica, en general, son una
interesantísima mezcla de ideas basadas en las culturas autóctonas más o menos
influidas por la presión de las fuerzas culturales dominantes y, entre ellas,
principalmente, la religión impuesta.
A pesar de estas
influencias cada grupo y subgrupo cultural mantiene un conjunto bastante
coherente de creencias que conforman verdaderos conceptos etiológicos y patogenéticos
cuyo estudio puede ser de extraordinaria importancia histórica y antropológica.
Anteriormente, al referirnos al "daño", hicimos notar que presentaba
variantes que vale la pena investigar más de cerca.
En las zonas más
"primitivas" de nuestro territorio, donde la urbanización no es
predominante, como en las zonas de los Andes, el síndrome toma otra
característica: la enfermedad no es producida por los hombres, sino por la
naturaleza. Es la montaña o el río los que "roban el alma" y a los
que hay que obligar, por medio de maniobras mágicas, a devolverla.
No parece
desacertado suponer que esa variante muestra con toda claridad la influencia de
los factores sociales y geográficos sobre las ideas nosológicas del pueblo: en
las regiones de cultura menos ciudadana, es la naturaleza el enemigo con el que
hay que enfrentarse para recuperar la salud, propiciándola por medio de
maniobras mágicas. En los lugares en los que ya existe una agrupación citadina,
la naturaleza pasa a un segundo plano y es el hombre el enemigo al que hay que
afrontar y es él quien produce el "daño". En estos casos en los
cuales, los síntomas puede decirse que son los mismos aunque la interpretación
difiera, el curandero debe emplear sus conocimientos y el paciente está obligado
a seguir sus indicaciones para reglar su vida con sus semejantes.
LA TERAPÉUTICA EN LA MEDICINA FOLCLÓRICA
La terapéutica de
la psiquiatría folclórica muestra claramente la doble influencia sufrida, por
una parte, de la tradición popular y, por otra, de la cultura occidentalizada
predominante. La proporción de cada una de ellas varía y esas variantes nos
ilustran sobre formas y vías de aculturación.
Como un ejemplo, en el Perú, los curanderos de
la costa donde, como dijéramos, se hallan los núcleos citadinos y existe una
fuerte influencia de la cultura occidental, emplean una mezcla de
procedimientos en los que la infiltración de las creencias de esa cultura es
visible y entre ellas, por supuesto, las de la religión. Formas rituales que
mimetizan las de la iglesia católica, invocaciones a santos y a los personajes
divinos son comunes. Entre ellas se destacan dos: referencias a la Virgen y la
ayuda que se supone proporciona San Cipriano.
San Cipriano se ha
convertido en el patrono de los curanderos de la costa peruana. La leyenda dice
que fue un mago que se convirtió al catolicismo y acaso esa sea la razón que lo
destaca entre la imaginería folclórica. Su efigie, de mayor o menor tamaño,
preside las sesiones curativas y las oraciones son a él dirigidas. En el
santoral católico existe, efectivamente, San Cipriano, pero se trata de un
patriarca de Cartago, que vivió hacia el año 220 y a quien se considera
fundador de la iglesia latina. Su fiesta es festejada el 21 de Diciembre.
Al lado de estas
católicas influencias, hallamos en el proceder de los curanderos de la costa
una serie de maniobras mágicas y de creencias en estrecha relación con conceptos
populares mantenidos por la tradición.
A medida que nos
internamos en el país, de la costa a la región andina, el porcentaje de
participación en el ritual folclórico va cambiando. Disminuyen las referencias
al santoral religioso y las maniobras pseudo-litúrgicas, para ser sustituidas
por conceptos animistas y acciones mágicas y por la creencia en la acción de
espíritus benignos y malignos. Pueden seguirse las rutas de aculturación y la
mayor o menor realidad de ellas estudiando la psiquiatría folclórica de
diferentes regiones del país.
Ahora bien, si
tratamos de analizar detenidamente los procedimientos de los curanderos,
hallaremos una variedad que desafía toda clasificación y sistematización. Creemos,
sin embargo, que aunque una manera solamente aproximada, podemos intentar una
enumeración de los principales, deteniéndose en los que consideramos de
decisiva importancia. Recordemos que nos estamos refiriendo a los curanderos estudiados
por nosotros en el Perú y que, aunque creemos que estas observaciones pueden generalizarse,
sabemos también que cada región presenta diferencias, no solamente en el
énfasis que se pone en una u otra de estas acciones, sino que pueden hallarse
otras formas de influencia, directamente en relación con las tradiciones
populares locales. Nos referiremos a las maniobras mágicas, los métodos
psicológicos y el empleo de drogas, como los procedimientos más importantes de la
terapéutica folclórica.
1. MANIOBRAS MÁGICAS
Se trata de
sesiones de ritual y contenido diversos. Son reuniones en las que se invocan a
"espíritus" por medio de los cantos en lugares y horas distintas.
Existe una observación
interesante, que debemos tomar en cuenta. A diferencia del brujo, el curandero se
considera un médium, es decir que no cree ser él quien actúa en los procesos de
adivinación y cura, sino que su papel es el de llamar a los espíritus de las
plantas que usa y que son esos espíritus, cuando han sido rectamente convocados, los que, por
medio de sus poderes sobrenaturales, intervienen a favor del solicitante.
La invocación a los
espíritus de las plantas ("la madre de la planta") debe hacerse por
medio de cantos (cada curandero asegura que los suyos son los verdaderamente
eficaces) y, sobre todo, ingiriendo bebidas preparadas a base de ellas o
introduciéndolas en el cuerpo de alguna otra forma (fumando, por ejemplo). Así
como atrae a los espíritus favorables, el curandero aleja a aquellos que
pudieran hacer daño, por medio de maniobras mágicas. Una de las más comunes es
la de "cortar el aire" con espadas especiales, a fin de romper todo
lazo de esos espíritus con los concurrentes a la sesión. Por supuesto que las
maniobras mágicas que se emplean son de infinita variedad y cambian según la
tradición cultural.
2. MANIOBRAS PSICOLÓGICAS
Ante todo debe
tenerse en cuenta el factor expectativa. El ser doliente que busca al curandero
lo hace imbuido de la confianza y la esperanza que le dan la tradición y sus
creencias. Más, mucho más, que con el médico, como hemos visto, él es capaz de
relacionarse con el curandero. Este "habla su propio idioma", repite
las ideas que tienen vigencia en su vida desde la infancia y que, por lo tanto,
resuenan en su inconsciente con la fuerza de las relaciones afectivas
determinantes.
Por supuesto que
esa comunidad de creencias obra bajo la influencia del curandero mismo: un
hombre o una mujer maduros, de apariencia parental y de actitudes y acogidas
seguras y bondadosas; mucho más humanas y afectivas que las de la mayoría de
los médicos, preocupados antes con la aplicación de una técnica que con la real
ayuda a sus semejantes.
Se ha hablado
mucho, por supuesto, del factor sugestivo, acentuando su importancia en el
tratamiento de los curanderos. Desgraciadamente, al referirnos a la sugestión,
no estamos haciendo sino cambiar un enigma por una palabra. No sabemos, en
realidad, lo que la sugestión es, pese a los esfuerzos de muchas generaciones
de teóricos y si, como parece, se trata de un fenómeno con base esencialmente afectiva,
comprenderemos mejor su acción si lo enfocamos desde el punto de vista de su
significado en la relación interpersonal que se establece entre curandero y
paciente, relación esencialmente regresiva y transferencial, para usar la
terminología de nuestras teorías dinámicas.
Otros factores que
debemos tomar en consideración son los relativos a las sesiones curativas, que
se realizan generalmente en grupos y con la intervención de canciones, música y
con la ingestión de preparados a base de plantas nativas. Durante ellas se
producen una serie de fenómenos psicológicos, algunos exteriorizados, otros no,
que no pueden dejar de influir en la evolución del padecimiento. Koos sintetiza,
al referirse a la posesión, algunos de esos factores. "Los efectos
terapéuticos de las prácticas de la posesión han sido explicados por algunos
investigadores como resultado de: 1º el acting-out, durante el trance de
conducta agresiva y sexual no permitidas en otros contextos sociales, 2º la obtención
de un status social superior por intermedio de la asunción del rol en el
ritual. 3º la capacidad de ciertos tipos de rituales de reducir la angustia,
ofreciendo ocasiones para la experiencia catártica de confesión y para
expresiones de apoyo a favor de individuos que buscan mejoría por desórdenes
físicos o mentales".
Por sobre todo ésto debemos considerar la
relación del curandero con su paciente. En anteriores oportunidades he
sostenido que debe existir de parte de todo médico, lo que llamara el "Eros terapéutico" (ver
capítulo 27). No es éste el momento para detenernos en su estudio, ya
realizado en publicaciones anteriores, pero será necesario afirmar
enfáticamente que es más fácil hallar un auténtico Eros terapéutico en los
curanderos, realmente interesados en ayudar a sus pacientes, a quienes los unen
fuertes lazos culturales, sociales, y humanos, que en los profesionales
académicos, preocupados, sobre todo, con el "manejo" de los
"casos". El Eros terapéutico, captado por el paciente, establece una relación
afectiva que favorece la acción de todos los otros recursos.
Consideramos como
de decisiva importancia uno de ellos, en el que es necesario poner énfasis
porque no ha sido destacado suficientemente por los autores que del tema se han
ocupado. Se trata de la poderosa influencia que tiene y emplea el curandero
para modificar la vida de relación de sus pacientes. Intuitivamente, con una
intuición muy superior, en la mayor parte de los casos, al conocimiento "científico",
valido de su posición y su prestigio, tiene el curandero en sus manos la
posibilidad de cambiar las relaciones humanas de su cliente y, de esa manera,
romper círculos viciosos de patología familiar o social que, si no producen,
mantienen la enfermedad. Así, al alterar fundamentalmente la vida de su enfermo
en una forma que le permite una nueva posición en el grupo, una nueva
estructura de la red de fuerzas sociales que obra sobre él, le ofrece una
distinta posibilidad de cambio, no solamente en el paciente, sino, y en modo
principal, en su relación con figuras importantes de su vida, sean ellas de su
familia o de la comunidad en la que actúa.
Un ejemplo claro
nos ofrece el tratamiento del alcoholismo crónico, que estudiaron M. Chiappe y colaboradores
del Instituto Peruano de Psiquiatría Social. En él, el curandero, basándose en
la noción del "daño", dirige toda la vida de relación de su paciente.
Al señalarse quién o quiénes le han "hecho daño", está marcando a las
personas cuyo trato el alcohólico debe evitar, dirigiendo, así, su vida comunitaria.
Podemos imaginarnos fácilmente que, si es la esposa o la amante, la madre o el
hermano o los amigos quienes constituyen el peligro, la vida del enfermo en
relación con su grupo social será alterada y ese cambio determinará la
modificación total de su conducta y su alejamiento del alcohol, que no es,
generalmente, sino una precaria solución a conflictos en la existencia del
paciente, conflictos cuya estructura será alterada con la realineación de su
vida familiar, grupal o comunitaria.
Confirmaciones de
este punto de vista son ofrecidas por los investigadores que se han acercado a fenómenos
parecidos; vgr: los de etnopsiquiatría. Así, Prince cree que el "adivinador", entre los Yorubas,
es un "integrador cultural".
Leighton, al referirse a los Navajos, dice que "la gente con la que (el
paciente) tiene la mayor parte de las interacciones se compromete a aceptar su
estado de cambio. Así, la personalidad del paciente queda establecida en una
nueva pauta, el grupo en el que está comprometido se halla preparado para ello,
tanto emocional como cognoscitivamente". Epstein, que ha estudiado la
enfermedad y la curación en la aldea de Wangala (India), dice: "Una
función sociológica de la creencia en la brujería ampliamente reconocida en la
literatura, es su tendencia a sostener el sistema de valores y así mantener la
estructura social". Tait afirma que el adivinador Kokomba es un agente estabilizador de la sociedad. Robin Fox sostiene
que "las sociedades primitivas y los grupos religiosos curativos tienen, a
menudo, ventaja sobre los hospitales, ya que ellos incorporan más
frecuentemente la persona a la sociedad». Freed y Freed aseguran que en Shanti
Nagar (norte de la India) la posesión se produce cuando «la victima se halla
envuelta en dificultades con parientes". En Etiopía, según Messing, la
enfermedad es atribuida a la posesión por el Zar, un espíritu característico.
"El del Zar, dice, funciona como una terapéutica grupal".
Podrían
multiplicarse las citas, pero creemos que lo ofrecido basta para asentar la
idea que el medicine-man, como el
curandero, funda su acción en factores grupales; en su poder para modificar la situación
familiar y comunal de sus pacientes y, de esa manera, restructurar su vida.
Existen, por supuesto, muchos otros factores
dignos de notar en la Psiquiatría Folclórica. Los curanderos que hemos
mencionado emplean, en el tratamiento del alcoholismo crónico, métodos de
aversión condicionada; dan de beber al paciente su "trago favorito" junto
con un preparado vomitivo, hecho a base de plantas y actúan influyendo
activamente durante el proceso. Otro recurso, bastante común, relacionado con
la terapéutica grupal, es el de hacer que toda la familia del enfermo se instale
a vivir en casa del curandero o en la vecindad y en permanente conexión con él.
3. EMPLEO DE DROGAS
La mayoría, sino la
totalidad, de los curanderos que hemos estudiado usa en su práctica preparados hechos
con plantas nativas, de intensos efectos psicótropos. No intentamos en este
capítulo estudiar ese aspecto de la terapéutica, ni pretendemos siquiera
enumerar las numerosas especies descritas. Tal propósito nos llevaría muy
lejos, además de los campos de la botánica, toxicología, farmacología, etc., a aquellos
de la antropología cultural y de la psicología de quien recurre a buscar ayuda
tanto como de quien se la da. Vale la pena recalcar cómo el empleo de esas
plantas y drogas, algunas bastante conocidas (peyote, por ejemplo), otras aún
en estudio (la ayahuasca, el yague, el toé, etc., en el Perú) y una inmensa
variedad de cuya existencia y empleo estamos informados, pero a las que no se
ha estudiado aún con un acercamiento metodológico serio, no deben ser
consideradas solamente desde el punto de vista farmacológico, sino en relación
con las tradiciones culturales y su influencia. En el Perú como hemos dicho
antes, el curandero no interpreta la acción de los preparados a base de hojas,
tallos o raíces como el efecto de algo contenido en ellos, sino más bien como
una especie de invocación al "espíritu de la planta", invocación
acompañada de música y canciones características que harán que ese espíritu
actúe favorablemente.
PALABRAS FINALES
Es fácil, pero no
sabio, despreciar a la Medicina Folclórica como producto de la ignorancia, pero
lo cierto es que, no solamente en el Perú y en los países subdesarrollados,
sino en todos los del orbe se practican diferentes formas de Medicina y
Psiquiatría Folclórica y que no es solamente el vulgo el usuario, sino miembros
de todas las capas sociales e intelectuales. En realidad, ellos encarnan una
necesidad, que es común, de recurrir a lo irracional y a lo mágico frente a algo
que supera su saber y poder. Es por eso indispensable que el médico general, y
el psiquiatra, no se mantengan ignorantes frente a estos fenómenos. No es
científico aceptar o negar enfáticamente un hecho; lo es estudiarlo con todos
los medios que la ciencia nos ofrece. Debería crearse en todas las Escuelas de
Medicina un Departamento de Medicina Folclórica, que prepare a los estudiantes
y a los especialistas para conocer estos fenómenos, tan comunes entre nosotros,
a fin de estudiarlos e investigarlos seriamente.
LECTURAS RECOMENDADAS
1. DENNERSTEIN, L. "Introducción: Gender,
Health and Societies". In: Transcultural Psychiatric, Research Review. Vol. XXII, No. 4, 1996: 311 - 390.
2. SEGUÍN, C. A.
Psiquiatría Folclórica. Lima, Edit. Ermar, 1979.
3. PERALES, A.,
SOGI, C., BERNAL, E., FRISANCHO, D., ARÉVALO, J.. PEDERSEN, D. y TEJADA, K.
"Conocimientos, Opiniones y actitudes de los médicos frente a la Medicina Tradicional
en tres ciudades del Perú". En: II Congreso Internacional de Medicinas Tradicionales
(Tres volúmenes). Áreas de Integración, Lima 26 - 29 de junio de 1998, pp. 115
- 135.
4. VALDIVIA, O.
Hampicamayoc, Medicina Folclórica y su substrato aborigen en el Perú. Lima,
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1986.
5. FRISANCHO, D.
Medicina Indígena y Popular. Lima, Editorial Los Andes, 1988.
PRUEBA DE CONOCIMIENTOS / PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA
1. Entre las
medicinas tradicionales se distinguen:
( ) La medicina
popular.
( ) La
etnomedicina.
( ) La medicina
tradicional integrada.
( ) La medicina
folclórica.
( ) Todas son
válidas.
2. Dos son los
conceptos fundamentales en la Psiquiatría Folclórica:
( ) Creencias y
prácticas referidas a los cuadros psiquiátricos basados en la tradición
popular.
( ) Se desarrollan
en un medio cultural opuesto a ellos.
( ) Se desarrolla
en pueblos primitivos.
( ) Son válidas las
dos primeras.
( ) Son válidas la
primera y tercera.
3. Los curanderos
consideran que la causa de la enfermedad:
( ) Son los espíritus.
( ) Es el
"daño".
( ) Es la
sugestión.
( ) Son válidas las
dos primeras.
( ) Son válidas la
segunda y la tercera.
4. El curandero:
( ) Es un brujo.
( ) Es un
charlatán.
( ) Se considera un
médium que convoca a los espíritus.
( ) Son válidas la
primera y la tercera.
( ) Ninguna es
válida.
5. Entre las maniobras,
psicológicas que usa el curandero tenemos:
( ) La confianza
del paciente.
( ) La relación
universal regresiva y transferencial
( ) Los cánticos y
la música.
( ) Son válidos las
dos primeras.
( ) Todas son
válidas.
6. Son alcaloides
usados en las sesiones de curanderismo peruano:
( ) Mescalina.
( ) Harmina.
( ) Cocaína
( ) Son válidas las
dos primeras.
( ) Son válidas la
primera y la tercera.
7. Es más fácil
encontrar un verdadero Eros Terapéutico en:
( ) Los
psiquiatras.
( ) Los médicos.
( ) Los curanderos.
( ) Son válidas las
dos primeras.
( ) Ninguna es
válida.
8. Es factor
importante en el éxito del curandero en el tratamiento del alcoholismo:
( ) Prohíbe la
ingesta de licor.
( ) Da medicinas
especiales.
( ) Dirige toda la
vida de relación de su paciente.
( ) Son válidas las dos primeras.
( ) Ninguna es
válida.
9. Vincule:
(a) Adivinador
yoruba
(b) Adivinador Kokomba
(c) Medicine-man
(d) Posesión
( ) Curandero
( ) Integrador
cultural
( ) Estabilizador
social
( ) Dificultades
con parientes
10. La psiquiatría
folclórica tiene:
( ) Tan sólo valor
histórico.
( ) Solo valor
antropológico.
( ) Debería
enseñarse en las escuelas de Medicina.
( ) Son válidas las
dos primeras.
( ) Ninguna es
válida.
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