PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA / Carlos Alberto Seguín

domingo, 9 de diciembre de 2012 | comentarios


CONCEPTO
Al lado de la medicina académica, aquella que se enseña en las universidades y se ejerce en los consultorios u hospitales especializados, existen prácticas extra-académicas de las que se ha hablado como medicina paralela. Se relacionan generalmente con lo que la Organización Mundial de la Salud definió en 1974 como Medicina Tradicional: "La suma de todos los conocimientos, prevención y supresión de trastornos físicos, mentales o sociales, basados exclusivamente en la experiencia y la observación, transmitidos verbalmente o por escrito de una generación a otra". Esta definición comprende muchas formas de medicinas tradicionales, de las que hemos distinguido:
La Medicina Popular, que sería el conjunto de creencias y prácticas acerca de las enfermedades, su prevención y tratamiento, mantenidos por tradición popular en todos los ambientes, completamente aparte de lo propugnado por la medicina académica y que es practicada por el pueblo, sin mayor preparación teórica. Se trataría de la "receta de la abuelita" o la prescripción de la "tía vieja", maniobras a las que se echa mano en cualquier circunstancia familiar.
Llamamos Etno-medicina al conjunto de ideas, creencias y prácticas acerca del origen y el tratamiento de las enfermedades en los pueblos que llamamos primitivos (como los de nuestra selva). Es una medicina que se desenvuelve en su propia cultura, con la aceptación plena de su sociedad y que se halla representada por el shaman o medicine-man.
Medicina Tradicional Integrada es aquella que es practicada por pueblos que han poseído una cultura, que en muchos casos puede considerarse superior, y que han sufrido la influencia de las corrientes occidentales, pero que han sabido conservar sus usos y costumbres e intentado incorporarlos a la nueva realidad de su historia. Citaremos, como ejemplos, la medicina hindú y la medicina china.
Todos los aspectos considerados pueden llamarse medicinas, según la definición de la OMS, pero debemos distinguir especialmente lo que hemos llamado Medicina Folclórica (de folk, pueblo y lore, saber, sabiduría), que tiene especial importancia en los países sub-desarrollados y ello es patente en el nuestro.
PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA
Podemos definir la Psiquiatría Folclórica como el cuerpo de ideas, creencias y prácticas que se refieren a los cuadros psiquiátricos o afines y a su tratamiento, mantenidos por tradición popular, aparte y en contra de lo aceptado por la cultura dominante en el medio que se presentan. Dos conceptos caracterizan esta definición:
- Se trata de creencias y prácticas que se refieren a los cuadros psiquiátricos basadas en la tradición popular, y
- Se desarrollan en un medio cultural opuesto a ellas.
La Psiquiatría Folclórica no es sino un aspecto de la Medicina Folclórica. Sus fundamentos se hallan en las culturas aborígenes suprimidas por la conquista, pero que han dejado importantes huellas. Si pensamos que, en nuestro país, más del 90% de los psiquiatras ejerce en la capital y, el resto, en pocas ciudades importantes del interior, podemos comprender que la inmensa mayoría de los peruanos no tiene acceso a la medicina o a la psiquiatría académicas y se hace atender por los practicantes de la Medicina Folclórica, a los que se conoce como curanderos.
LOS CURANDEROS
Los auténticos curanderos, no los charlatanes con los que a veces se los confunde, practican en diferentes formas la medicina usada por nuestros antepasados incaicos y pre-incaicos. La mayoría tiene como base conceptos animistas, es decir, la creencia que todo lo existente está dotado de un espíritu, capaz de actuar, para bien o para mal, sobre los hombres. Así existen, para ellos los espíritus de las montañas, de las lagunas, de los ríos, así como los de las "huacas" y aun los de las plantas. Su teoría diagnóstica se basa en el descubrimiento del "daño" que algún espíritu ha hecho al paciente y que le causa la enfermedad. El tratamiento consiste en reparar ese daño, convocando a los espíritus propiciatorios por medio de diferentes maniobras místico-mágicas.
Los curanderos usan, durante esas maniobras, preparados de plantas nativas que beben y hacen beber a sus clientes. Tales bebidas contienen alcaloides psicotrópicos como la mescalina del San Pedro (Trichoceros Pachanoi) o la harmina de la ayahuasca (Banisteria Caapi). Los efectos alucinógenos, unidos a una fuerte acción sugestiva, pueden influir favorablemente en algunos cuadros clínicos con fuerte influencia psicosomática. Al lado de los curanderos descritos existen los llamados yerberos, individuos conocedores de las plantas autóctonas y que las emplean por sus efectos farmacológicos, y los hueseros, prácticos en reparaciones de fracturas y otros problemas del aparato locomotor.
NOSOGRAFÍA Y PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA
Los curanderos no actúan sin poseer una nosografía que, a su manera, explica y justifica su práctica. Esa base, si bien tiene elementos comunes a todas partes, lo que nos conduce a recordar las raíces profundas de las creencias "primitivas", presenta distintas formas de acuerdo con la cultura de la que proviene y en la que se asienta. El estudio de tales nosografías es, pues, interesante desde dos puntos de vista: su interrelación ecuménica y sus características regionales y, entre ellas, la influencia que sufre de toda clase de factores geográficos, históricos, culturales y sociológicos.
En este capítulo no pretendemos revisar todo lo que se sabe acerca de las diferentes teorías nosográficas de la psiquiatría folclórica, pero, como una ilustración que permitirá comprender su importancia, diremos algunas palabras sobre lo que hemos podido observar en algunas regiones del Perú, durante las investigaciones emprendidas por el Instituto de Psiquiatría Social.
Los curanderos estudiados dividen, ante todo, las enfermedades en dos grupos: enfermedades de Dios y enfermedades de daño. Las primeras son males "naturales", producidas por los factores no mágicos, comprensibles por la influencia de las fuerzas de la naturaleza. Las enfermedades de daño, por el contrario, tienen siempre origen sobrenatural y, como veremos más adelante, son atribuidas a distintos elementos, de acuerdo con variables sociológicas. Las enfermedades de Dios son, para nuestros curanderos, del dominio de los doctores del Hospital, a quienes envían los pacientes que según ellos la padecen.
Las enfermedades de daño, como contraste, solamente pueden ser tratadas por el curandero, quien conoce su origen y los medios para combatirlas.
El "daño" es un concepto muy extendido en la cultura popular en todo el mundo y utilizado, con distinto nombre y en diferentes formas, por los curanderos de todas las latitudes. En los casos que nosotros hemos estudiado, el daño presentaba diversas formas y era atribuido a influencias variadas.
El "daño" es una forma mágica de acción sobre la salud y su tratamiento es también fundamentalmente mágico. Si el daño es producido por los hombres, debido a la "envidia" y otros factores, actúa a través de un "malero", un brujo maligno y debe ser curado librando al paciente de los efectos producidos por su influencia. Así, el daño puede ser hecho "por la boca", cuando se ha hecho ingerir al sujeto alguna substancia que le produce los nefastos resultados pretendidos, o "por el aire", cuando se supone que ha sido causado por inhalación. Consideramos como una forma especial de "daño" el "robo del alma". Volveremos sobre ello.
En algunas zonas, bajo influencias nuevas, la noción del daño se extiende a otras influencias mágicas. Así, podría ser también hecho actuando sobre muñecos o sobre prendas de vestir de la víctima. En un caso recién observado, el malero había clavado la cabeza del muñeco (se trata de la explicación dada por el curandero) y lo había enterrado en la falda de una montaña. Los clavos actuaban sobre el paciente, produciéndole incurables dolores de cabeza. El curandero actuaba "sacándole los clavos" durante la sesión por medio de tenazas, taladros etc. con los que imitaba las maniobras de extracción. A este paciente, la "extracción" de cada clavo le producía dolores terribles, que calmaban inmediatamente después que "el clavo había sido eliminado". Vemos claramente, en éste como en otros casos, la presencia de conceptos mágicos universales.
ETIOLOGÍA Y PATOGENIA EN LA PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA
Las ideas acerca de la etiología y patogénesis de las enfermedades reflejan una serie de aspectos del funcionamiento de la cultura en la que se desarrollan. Tienen que ver, generalmente, en las sociedades occidentalizadas, con los postulados de la ciencia positiva. Por lo menos en apariencia, ya que sabemos muy bien que detrás de las teorías científicas se esconden, la mayor parte de las veces, rescoldos de creencias mítico-mágicas, de convicciones religiosas y de prejuicios políticos.
El caso de la psiquiatría folclórica es distinto. Hemos destacado que su característica principal es de no coincidir con lo aceptado por la "cultura oficial" de la comunidad en la que se desarrolla, sino, más bien, reflejar creencias pertenecientes a grupos culturales cuya significación política y cuya influencia en el manejo del poder han ido desapareciendo, perdiendo vigencia.
Las doctrinas etiológicas y patogénicas de la psiquiatría folclórica, en general, son una interesantísima mezcla de ideas basadas en las culturas autóctonas más o menos influidas por la presión de las fuerzas culturales dominantes y, entre ellas, principalmente, la religión impuesta.
A pesar de estas influencias cada grupo y subgrupo cultural mantiene un conjunto bastante coherente de creencias que conforman verdaderos conceptos etiológicos y patogenéticos cuyo estudio puede ser de extraordinaria importancia histórica y antropológica. Anteriormente, al referirnos al "daño", hicimos notar que presentaba variantes que vale la pena investigar más de cerca.
En las zonas más "primitivas" de nuestro territorio, donde la urbanización no es predominante, como en las zonas de los Andes, el síndrome toma otra característica: la enfermedad no es producida por los hombres, sino por la naturaleza. Es la montaña o el río los que "roban el alma" y a los que hay que obligar, por medio de maniobras mágicas, a devolverla.
No parece desacertado suponer que esa variante muestra con toda claridad la influencia de los factores sociales y geográficos sobre las ideas nosológicas del pueblo: en las regiones de cultura menos ciudadana, es la naturaleza el enemigo con el que hay que enfrentarse para recuperar la salud, propiciándola por medio de maniobras mágicas. En los lugares en los que ya existe una agrupación citadina, la naturaleza pasa a un segundo plano y es el hombre el enemigo al que hay que afrontar y es él quien produce el "daño". En estos casos en los cuales, los síntomas puede decirse que son los mismos aunque la interpretación difiera, el curandero debe emplear sus conocimientos y el paciente está obligado a seguir sus indicaciones para reglar su vida con sus semejantes.
LA TERAPÉUTICA EN LA MEDICINA FOLCLÓRICA
La terapéutica de la psiquiatría folclórica muestra claramente la doble influencia sufrida, por una parte, de la tradición popular y, por otra, de la cultura occidentalizada predominante. La proporción de cada una de ellas varía y esas variantes nos ilustran sobre formas y vías de aculturación.
 Como un ejemplo, en el Perú, los curanderos de la costa donde, como dijéramos, se hallan los núcleos citadinos y existe una fuerte influencia de la cultura occidental, emplean una mezcla de procedimientos en los que la infiltración de las creencias de esa cultura es visible y entre ellas, por supuesto, las de la religión. Formas rituales que mimetizan las de la iglesia católica, invocaciones a santos y a los personajes divinos son comunes. Entre ellas se destacan dos: referencias a la Virgen y la ayuda que se supone proporciona San Cipriano.
San Cipriano se ha convertido en el patrono de los curanderos de la costa peruana. La leyenda dice que fue un mago que se convirtió al catolicismo y acaso esa sea la razón que lo destaca entre la imaginería folclórica. Su efigie, de mayor o menor tamaño, preside las sesiones curativas y las oraciones son a él dirigidas. En el santoral católico existe, efectivamente, San Cipriano, pero se trata de un patriarca de Cartago, que vivió hacia el año 220 y a quien se considera fundador de la iglesia latina. Su fiesta es festejada el 21 de Diciembre.
Al lado de estas católicas influencias, hallamos en el proceder de los curanderos de la costa una serie de maniobras mágicas y de creencias en estrecha relación con conceptos populares mantenidos por la tradición.
A medida que nos internamos en el país, de la costa a la región andina, el porcentaje de participación en el ritual folclórico va cambiando. Disminuyen las referencias al santoral religioso y las maniobras pseudo-litúrgicas, para ser sustituidas por conceptos animistas y acciones mágicas y por la creencia en la acción de espíritus benignos y malignos. Pueden seguirse las rutas de aculturación y la mayor o menor realidad de ellas estudiando la psiquiatría folclórica de diferentes regiones del país.
Ahora bien, si tratamos de analizar detenidamente los procedimientos de los curanderos, hallaremos una variedad que desafía toda clasificación y sistematización. Creemos, sin embargo, que aunque una manera solamente aproximada, podemos intentar una enumeración de los principales, deteniéndose en los que consideramos de decisiva importancia. Recordemos que nos estamos refiriendo a los curanderos estudiados por nosotros en el Perú y que, aunque creemos que estas observaciones pueden generalizarse, sabemos también que cada región presenta diferencias, no solamente en el énfasis que se pone en una u otra de estas acciones, sino que pueden hallarse otras formas de influencia, directamente en relación con las tradiciones populares locales. Nos referiremos a las maniobras mágicas, los métodos psicológicos y el empleo de drogas, como los procedimientos más importantes de la terapéutica folclórica.
1. MANIOBRAS MÁGICAS
Se trata de sesiones de ritual y contenido diversos. Son reuniones en las que se invocan a "espíritus" por medio de los cantos en lugares y horas distintas.
Existe una observación interesante, que debemos tomar en cuenta. A diferencia del brujo, el curandero se considera un médium, es decir que no cree ser él quien actúa en los procesos de adivinación y cura, sino que su papel es el de llamar a los espíritus de las plantas que usa y que son esos espíritus, cuando  han sido rectamente convocados, los que, por medio de sus poderes sobrenaturales, intervienen a favor del solicitante.
La invocación a los espíritus de las plantas ("la madre de la planta") debe hacerse por medio de cantos (cada curandero asegura que los suyos son los verdaderamente eficaces) y, sobre todo, ingiriendo bebidas preparadas a base de ellas o introduciéndolas en el cuerpo de alguna otra forma (fumando, por ejemplo). Así como atrae a los espíritus favorables, el curandero aleja a aquellos que pudieran hacer daño, por medio de maniobras mágicas. Una de las más comunes es la de "cortar el aire" con espadas especiales, a fin de romper todo lazo de esos espíritus con los concurrentes a la sesión. Por supuesto que las maniobras mágicas que se emplean son de infinita variedad y cambian según la tradición cultural.
2. MANIOBRAS PSICOLÓGICAS
Ante todo debe tenerse en cuenta el factor expectativa. El ser doliente que busca al curandero lo hace imbuido de la confianza y la esperanza que le dan la tradición y sus creencias. Más, mucho más, que con el médico, como hemos visto, él es capaz de relacionarse con el curandero. Este "habla su propio idioma", repite las ideas que tienen vigencia en su vida desde la infancia y que, por lo tanto, resuenan en su inconsciente con la fuerza de las relaciones afectivas determinantes.
Por supuesto que esa comunidad de creencias obra bajo la influencia del curandero mismo: un hombre o una mujer maduros, de apariencia parental y de actitudes y acogidas seguras y bondadosas; mucho más humanas y afectivas que las de la mayoría de los médicos, preocupados antes con la aplicación de una técnica que con la real ayuda a sus semejantes.
Se ha hablado mucho, por supuesto, del factor sugestivo, acentuando su importancia en el tratamiento de los curanderos. Desgraciadamente, al referirnos a la sugestión, no estamos haciendo sino cambiar un enigma por una palabra. No sabemos, en realidad, lo que la sugestión es, pese a los esfuerzos de muchas generaciones de teóricos y si, como parece, se trata de un fenómeno con base esencialmente afectiva, comprenderemos mejor su acción si lo enfocamos desde el punto de vista de su significado en la relación interpersonal que se establece entre curandero y paciente, relación esencialmente regresiva y transferencial, para usar la terminología de nuestras teorías dinámicas.
Otros factores que debemos tomar en consideración son los relativos a las sesiones curativas, que se realizan generalmente en grupos y con la intervención de canciones, música y con la ingestión de preparados a base de plantas nativas. Durante ellas se producen una serie de fenómenos psicológicos, algunos exteriorizados, otros no, que no pueden dejar de influir en la evolución del padecimiento. Koos sintetiza, al referirse a la posesión, algunos de esos factores. "Los efectos terapéuticos de las prácticas de la posesión han sido explicados por algunos investigadores como resultado de: 1º el acting-out, durante el trance de conducta agresiva y sexual no permitidas en otros contextos sociales, 2º la obtención de un status social superior por intermedio de la asunción del rol en el ritual. 3º la capacidad de ciertos tipos de rituales de reducir la angustia, ofreciendo ocasiones para la experiencia catártica de confesión y para expresiones de apoyo a favor de individuos que buscan mejoría por desórdenes físicos o mentales".
 Por sobre todo ésto debemos considerar la relación del curandero con su paciente. En anteriores oportunidades he sostenido que debe existir de parte de todo médico, lo que llamara el "Eros terapéutico" (ver capítulo 27). No es éste el momento para detenernos en su estudio, ya realizado en publicaciones anteriores, pero será necesario afirmar enfáticamente que es más fácil hallar un auténtico Eros terapéutico en los curanderos, realmente interesados en ayudar a sus pacientes, a quienes los unen fuertes lazos culturales, sociales, y humanos, que en los profesionales académicos, preocupados, sobre todo, con el "manejo" de los "casos". El Eros terapéutico, captado por el paciente, establece una relación afectiva que favorece la acción de todos los otros recursos.
Consideramos como de decisiva importancia uno de ellos, en el que es necesario poner énfasis porque no ha sido destacado suficientemente por los autores que del tema se han ocupado. Se trata de la poderosa influencia que tiene y emplea el curandero para modificar la vida de relación de sus pacientes. Intuitivamente, con una intuición muy superior, en la mayor parte de los casos, al conocimiento "científico", valido de su posición y su prestigio, tiene el curandero en sus manos la posibilidad de cambiar las relaciones humanas de su cliente y, de esa manera, romper círculos viciosos de patología familiar o social que, si no producen, mantienen la enfermedad. Así, al alterar fundamentalmente la vida de su enfermo en una forma que le permite una nueva posición en el grupo, una nueva estructura de la red de fuerzas sociales que obra sobre él, le ofrece una distinta posibilidad de cambio, no solamente en el paciente, sino, y en modo principal, en su relación con figuras importantes de su vida, sean ellas de su familia o de la comunidad en la que actúa.
Un ejemplo claro nos ofrece el tratamiento del alcoholismo crónico, que estudiaron M. Chiappe y colaboradores del Instituto Peruano de Psiquiatría Social. En él, el curandero, basándose en la noción del "daño", dirige toda la vida de relación de su paciente. Al señalarse quién o quiénes le han "hecho daño", está marcando a las personas cuyo trato el alcohólico debe evitar, dirigiendo, así, su vida comunitaria. Podemos imaginarnos fácilmente que, si es la esposa o la amante, la madre o el hermano o los amigos quienes constituyen el peligro, la vida del enfermo en relación con su grupo social será alterada y ese cambio determinará la modificación total de su conducta y su alejamiento del alcohol, que no es, generalmente, sino una precaria solución a conflictos en la existencia del paciente, conflictos cuya estructura será alterada con la realineación de su vida familiar, grupal o comunitaria.
Confirmaciones de este punto de vista son ofrecidas por los investigadores que se han acercado a fenómenos parecidos; vgr: los de etnopsiquiatría. Así, Prince cree que el "adivinador", entre los Yorubas, es un "integrador cultural". Leighton, al referirse a los Navajos, dice que "la gente con la que (el paciente) tiene la mayor parte de las interacciones se compromete a aceptar su estado de cambio. Así, la personalidad del paciente queda establecida en una nueva pauta, el grupo en el que está comprometido se halla preparado para ello, tanto emocional como cognoscitivamente". Epstein, que ha estudiado la enfermedad y la curación en la aldea de Wangala (India), dice: "Una función sociológica de la creencia en la brujería ampliamente reconocida en la literatura, es su tendencia a sostener el sistema de valores y así mantener la estructura social". Tait afirma que el adivinador Kokomba es un agente estabilizador de la sociedad. Robin Fox sostiene que "las sociedades primitivas y los grupos religiosos curativos tienen, a menudo, ventaja sobre los hospitales, ya que ellos incorporan más frecuentemente la persona a la sociedad». Freed y Freed aseguran que en Shanti Nagar (norte de la India) la posesión se produce cuando «la victima se halla envuelta en dificultades con parientes". En Etiopía, según Messing, la enfermedad es atribuida a la posesión por el Zar, un espíritu característico. "El del Zar, dice, funciona como una terapéutica grupal".
Podrían multiplicarse las citas, pero creemos que lo ofrecido basta para asentar la idea que el medicine-man, como el curandero, funda su acción en factores grupales; en su poder para modificar la situación familiar y comunal de sus pacientes y, de esa manera, restructurar su vida.
 Existen, por supuesto, muchos otros factores dignos de notar en la Psiquiatría Folclórica. Los curanderos que hemos mencionado emplean, en el tratamiento del alcoholismo crónico, métodos de aversión condicionada; dan de beber al paciente su "trago favorito" junto con un preparado vomitivo, hecho a base de plantas y actúan influyendo activamente durante el proceso. Otro recurso, bastante común, relacionado con la terapéutica grupal, es el de hacer que toda la familia del enfermo se instale a vivir en casa del curandero o en la vecindad y en permanente conexión con él.
3. EMPLEO DE DROGAS
La mayoría, sino la totalidad, de los curanderos que hemos estudiado usa en su práctica preparados hechos con plantas nativas, de intensos efectos psicótropos. No intentamos en este capítulo estudiar ese aspecto de la terapéutica, ni pretendemos siquiera enumerar las numerosas especies descritas. Tal propósito nos llevaría muy lejos, además de los campos de la botánica, toxicología, farmacología, etc., a aquellos de la antropología cultural y de la psicología de quien recurre a buscar ayuda tanto como de quien se la da. Vale la pena recalcar cómo el empleo de esas plantas y drogas, algunas bastante conocidas (peyote, por ejemplo), otras aún en estudio (la ayahuasca, el yague, el toé, etc., en el Perú) y una inmensa variedad de cuya existencia y empleo estamos informados, pero a las que no se ha estudiado aún con un acercamiento metodológico serio, no deben ser consideradas solamente desde el punto de vista farmacológico, sino en relación con las tradiciones culturales y su influencia. En el Perú como hemos dicho antes, el curandero no interpreta la acción de los preparados a base de hojas, tallos o raíces como el efecto de algo contenido en ellos, sino más bien como una especie de invocación al "espíritu de la planta", invocación acompañada de música y canciones características que harán que ese espíritu actúe favorablemente.
PALABRAS FINALES
Es fácil, pero no sabio, despreciar a la Medicina Folclórica como producto de la ignorancia, pero lo cierto es que, no solamente en el Perú y en los países subdesarrollados, sino en todos los del orbe se practican diferentes formas de Medicina y Psiquiatría Folclórica y que no es solamente el vulgo el usuario, sino miembros de todas las capas sociales e intelectuales. En realidad, ellos encarnan una necesidad, que es común, de recurrir a lo irracional y a lo mágico frente a algo que supera su saber y poder. Es por eso indispensable que el médico general, y el psiquiatra, no se mantengan ignorantes frente a estos fenómenos. No es científico aceptar o negar enfáticamente un hecho; lo es estudiarlo con todos los medios que la ciencia nos ofrece. Debería crearse en todas las Escuelas de Medicina un Departamento de Medicina Folclórica, que prepare a los estudiantes y a los especialistas para conocer estos fenómenos, tan comunes entre nosotros, a fin de estudiarlos e investigarlos seriamente.

LECTURAS RECOMENDADAS
1. DENNERSTEIN, L. "Introducción: Gender, Health and Societies". In: Transcultural Psychiatric, Research Review. Vol. XXII, No. 4, 1996: 311 - 390.
2. SEGUÍN, C. A. Psiquiatría Folclórica. Lima, Edit. Ermar, 1979.
3. PERALES, A., SOGI, C., BERNAL, E., FRISANCHO, D., ARÉVALO, J.. PEDERSEN, D. y TEJADA, K. "Conocimientos, Opiniones y actitudes de los médicos frente a la Medicina Tradicional en tres ciudades del Perú". En: II Congreso Internacional de Medicinas Tradicionales (Tres volúmenes). Áreas de Integración, Lima 26 - 29 de junio de 1998, pp. 115 - 135.
4. VALDIVIA, O. Hampicamayoc, Medicina Folclórica y su substrato aborigen en el Perú. Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1986.
5. FRISANCHO, D. Medicina Indígena y Popular. Lima, Editorial Los Andes, 1988.
PRUEBA DE CONOCIMIENTOS / PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA
1. Entre las medicinas tradicionales se distinguen:
( ) La medicina popular.
( ) La etnomedicina.
( ) La medicina tradicional integrada.
( ) La medicina folclórica.
( ) Todas son válidas.
2. Dos son los conceptos fundamentales en la Psiquiatría Folclórica:
( ) Creencias y prácticas referidas a los cuadros psiquiátricos basados en la tradición popular.
( ) Se desarrollan en un medio cultural opuesto a ellos.
( ) Se desarrolla en pueblos primitivos.
( ) Son válidas las dos primeras.
( ) Son válidas la primera y tercera.
3. Los curanderos consideran que la causa de la enfermedad:
 ( ) Son los espíritus.
( ) Es el "daño".
( ) Es la sugestión.
( ) Son válidas las dos primeras.
( ) Son válidas la segunda y la tercera.
4. El curandero:
( ) Es un brujo.
( ) Es un charlatán.
( ) Se considera un médium que convoca a los espíritus.
( ) Son válidas la primera y la tercera.
( ) Ninguna es válida.
5. Entre las maniobras, psicológicas que usa el curandero tenemos:
( ) La confianza del paciente.
( ) La relación universal regresiva y transferencial
( ) Los cánticos y la música.
( ) Son válidos las dos primeras.
( ) Todas son válidas.
6. Son alcaloides usados en las sesiones de curanderismo peruano:
( ) Mescalina.
( ) Harmina.
( ) Cocaína
( ) Son válidas las dos primeras.
( ) Son válidas la primera y la tercera.
7. Es más fácil encontrar un verdadero Eros Terapéutico en:
( ) Los psiquiatras.
( ) Los médicos.
( ) Los curanderos.
( ) Son válidas las dos primeras.
( ) Ninguna es válida.
8. Es factor importante en el éxito del curandero en el tratamiento del alcoholismo:
( ) Prohíbe la ingesta de licor.
( ) Da medicinas especiales.
( ) Dirige toda la vida de relación de su paciente.
 ( ) Son válidas las dos primeras.
( ) Ninguna es válida.
9. Vincule:
(a) Adivinador yoruba
(b) Adivinador Kokomba
(c) Medicine-man
(d) Posesión
( ) Curandero
( ) Integrador cultural
( ) Estabilizador social
( ) Dificultades con parientes
10. La psiquiatría folclórica tiene:
( ) Tan sólo valor histórico.
( ) Solo valor antropológico.
( ) Debería enseñarse en las escuelas de Medicina.
( ) Son válidas las dos primeras.
( ) Ninguna es válida.

 PSIQUIATRÍA FOLCLÓRICA / Respuestas


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