Alteraciones menstruales y complicaciones

viernes, 19 de octubre de 2012 | comentarios

Hemorragia uterina anormal 

La hemorragia uterina anormal puede ser causada por: factores hormonales, complicaciones del embarazo, enfermedades sistémicas, alteraciones endometriales (pólipos), problemas uterinos o cervicales (leiomiomas), o cáncer. El patrón de la hemorragia anormal es a menudo muy útil para determinar la etiología, por lo que utilizamos los siguientes términos para diferenciar los diversos tipos de hemorragia: 

La menorragia (hipermenorrea) es un abundante y prolongado flujo menstrual que puede ser complicado por la presencia de coágulos (Hemorragia excesiva). La menorragia puede ser causada por leiomiomas (a menudo submucosos), complicaciones del embarazo, hiperplasia de endometrio, adenomiosis, cáncer, o coagulopatías. 

Metrorragia (hemorragia intermenstrual) se define como la hemorragia que aparece en cualquier momento entre los períodos menstruales. Las causas de la metrorragia incluyen hemorragia en la mitad del ciclo (ovulación), pólipos endometriales, cáncer de endometrio o de cuello uterino, producción endógena de estrógenos, y la administración de estrógeno exógeno. 

Menometrorragia es la hemorragia que ocurre a intervalos irregulares. Generalmente, la cantidad y duración de la misma varía. Las causas de los menometrorragia son las mismas que las de la metrorragia. 

La polimenorrea menstrual es similar a la hemorragia que se produce con demasiada frecuencia. La causa más usual de polimenorrea es la anovulación, pero de vez en cuando una fase lútea acortada puede ser la causa. 

Hemorragia postcoital debe ser investigada para descartar el cáncer de cuello uterino. Aunque las causas más comunes son benignas e incluyen eversión cervical, pólipos cervicales, e infecciones del cuello uterino o vaginal. 

Hipomenorrea (criptomenorrea o manchado) es un inusual sangrado menstrual ligero. Las causas pueden ser obstrucciones (por ejemplo, himenal o cervical), sinequias uterinas (síndrome de Asherman), y una inadecuada dosis de anticonceptivos orales (corregible). 

La Oligomenorrea se define como la menstruación con un intervalo mayor a 35 días. 

El diagnóstico diferencial de la hemorragia uterina anormal debe incluir la posibilidad de hemorragia ginecológica no uterina. Las causas más comunes de sangrado vulvar y/o vaginal son: vulvovaginitis atrófica, vulvovaginitis infecciosa, trauma local, y cáncer genital. Las causas de sangrado cervical incluyen eversión, erosión cervical, pólipos pediculados, leiomiomas y cáncer. Con la excepción del embarazo ectópico tubárico, otras causas de sangrado de la trompa uterina son inusuales (por ejemplo el cáncer, las trompas de Falopio). Las causas ováricas de sangrado vaginal incluyen quistes ováricos funcionales, tumores productores de estrógeno, ovarios poliquísticos y neoplasias ovario. 

Las causas de hemorragia uterina anormal son endometritis, endometrial hiperplasia, cáncer endometrial, pólipos endometriales, adenomiosis, leiomiomas submucosos, anormalidades del DIU, o reacción a los anticonceptivos orales o esteroides exógenos. Las condiciones sistémicas que pueden causar sangrado uterino anormal incluyen el hipotiroidismo, disfunción hepática (metabolismo anormal de los estrógenos), coagulopatías, discrasias sanguíneas, y la pérdida de peso extrema (por ejemplo, comer trastornos o ejercicio excesivo conduce a la anovulación). El uso de anticoagulantes o esteroides suprarrenales también pueden llevar al sangrado uterino anormal. 

Las causas de hemorragias no ginecológicas que puede confundirse con hemorragia uterina anormal incluyen problemas anorrectales o urológicos. 

La historia de hemorragia uterina anormal debe detallar los intervalos entre las hemorragias, la duración y la cuantía de la hemorragia, las características de la pérdida de sangre (por ejemplo, el color, la consistencia y la formación de coágulos), y cuando comenzó el patrón anormal. Puede obtenerse información adicional al evaluar el sangrado, incluye: historia obstétrica, historia anticonceptiva, sangrado postcoital, ultimo periodo menstrual, la menarquia (o la menopausia), y las alteraciones de la salud general. Un registro menstrual actualizado hecho por la paciente es útil. 

La evaluación de la hemorragia uterina anormal requiere un examen físico general, que tenga en cuenta la salud sistémica. Además del examen pélvico, una prueba citológica ayudara en la detección de malignidad en cuello uterino (y en algún caso uterino). Un agrandamiento o irregularidades en el útero sugiere leiomiomas, y un útero agrandado simétricamente es más comúnmente observado en el cáncer de endometrio o adenomiosis. 

El examen pélvico debe revelar lesiones vulvares, vaginales y cervicales (por ejemplo, atrófica, inflamatoria, neoplásica), y el examen bimanual debe revelar masas uterinas, en las trompas, o en los ovarios. 

Si el embarazo no es un factor (una prueba de embarazo puede ser necesaria), y el paciente se encuentra en buena situación hemodinámica, del endometrio pueden tomarse muestras por aspiración endometrial, biopsia de endometrio, o histeroscopia ambulatoria. En la actualidad, la histeroscopia con biopsia dirigida, así como el legrado endocervical es favorecido por resultados más completos. A pesar de que la dilatación y curetaje se usa con menos frecuencia, sigue siendo el método de elección en las pacientes con pérdida continua de sangre. La modalidad para el diagnóstico exacto depende de la edad del paciente, la paridad, la anatomía y la cantidad de pérdida sanguínea. 

El tratamiento de la hemorragia uterina anormal debe ser individualizado en función del diagnóstico. 

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