Mycobacterium marinum (M. balnei) causa el granuloma de las piscinas. Esta enfermedad fue descrita primero en Suecia y fue observada después en la mayoría de los países occidentales. Se trata de pápulas con una ulceración central que curan espontáneamente después de algunos meses con la formación de una cicatriz pequeña. La contaminación ocurre durante el baño por medio de un raspado de la piel contra el revestimiento áspero de cemento de la piscina o mediante la manipulación de pececillos tropicales. Para el tratamiento se utiliza una combinación de rifampicina (600 mg/día en ayunas) con minociclina o doxiciclina (100-200 mg/día), eventualmente también claritromicina (500 mg 2 veces al día), cotrimoxazol (2 x 800/160) o etambutol (máximo 2,5 gr/día). Generalmente basta un tratamiento de 6 semanas.
Esta enfermedad no debe ser confundida con la erisipeloide de Rosenbach, una infección causada por la bacteria Gram positiva Erysipelothrix rhusiopathiae. Las infecciones con este microorganismo se presentan también frecuentemente en pescadores y personas que trabajan con cangrejos. Otro grupo de riesgo son las personas que trabajan en mataderos porcinos.